Se estrenaron a la vez y ambas hablan de la Inteligencia Artificial sólo que de forma diferente cada una. Chappie y Ex Machina no sólo han sido comparadas constantemente sino que ambas parecen predestinar un futuro ya muy cercano (ninguna de las dos se centra en mundos muy diferentes al nuestro) y, cómo suele ocurrir, hacen a la gente pensar en qué puede venir cuando las máquinas empiecen a cambiar y a hablar. ¿Nos serán siempre fieles o tomarán sus propias decisiones para librarse de nosotros a toda costa?
A continuación, voy a exponer una reseña de ambas películas, hablando de lo que me ha gustado y lo que no sobre ellas y luego voy a hacer una pequeña reflexión sobre el porque ambas no han llegado a conectar con el público y en la lectura psicológica que saco de ellas. Tengo que decir, de ante mano, que ambas me han gustado, aunque de forma diferente, y ambas han acabado por hacerme pensar. Dicho esto, voy a exponer mi crítica sobre ellas. Por supuesto, antes de empezar, tengo que avisar de que este artículo contiene Spoilers sobre la película, que tengo que comentar para que mis ideas sobre ellas sean sostenibles.
Chappie (2015, Neill Blomkamp)
Chappie versa sobre un mundo cuasi post-apocalíptico en el que Sudáfrica se ha convertido en el lugar donde viven los criminales más peligrosos (tienen una sede y todo). Lo único que evita que cunda el caos, son unas brigadas especiales de androides de titanio que sirven en la policía y que mantienen a raya a las numerosas mafias de la zona. No obstante, uno de ellos es dañado gravemente y eso acaba por hacer que, durante su reparación, acabe por adquirir consciencia de quien es y empiece a reaccionar más como un ser humano que como una máquina.
La película me gustó en cuanto a fotografía y en cuanto a animación, creo que Chappie y el resto de robots de la policía están tan bien animados y diseñados que alcanzan un nivel de fotorealismo que incluso llega a engañar al ojo humano. Bajo mi criterio, es una película que ha sido infravalorada en el aspecto técnico que Weta Digital se encargó de hacer y que seguro que en el futuro se convierte en referente en cuanto a la animación en cine de imagen real.
Respecto al argumento, me pareció un poco flojo per se y sin ningún tipo de trampa en un guión siempre predecible y que se limita a llevar al espectador desde el punto A al punto B. Es una pena que toda la película gire en torno al excéntrico grupo sudafricano Die Antwoord que, lejos de ser simples actores en la obra, toman el mismo rol que tienen en la escena musical y hasta aparecen escuchando sus mismas canciones. Me es muy difícil meterme en la acción de la película cuando sé que los personajes principales no son gángsters de Yohannesburgo sino la sensación pop del momento.
No obstante, tengo que decir que me gustó mucho la interpretación de Yolandi Visser, miembro de los Die Antwoord y protagonista de la película, que lleva un peso más grande en la acción que su compañero y que muestra una ternura maternal para con Chappie nada fácil teniendo en cuenta que ni ella es actriz de cine ni lo que tiene al lado es un robot real.
En general, la película me gustó y me parece un buen cierre para con la trilogía que Neill Blomkcamp ya iniciara con Distrito 8 y que continuó con Elysium para acabarla en la presente y dedicarse a otras cosas que no tengan tanto que ver con Sudáfrica, como su intención de retomar la saga de Alien.
Ex Machina (2015, Alex Garland)
Al contrario de lo que ocurre con Chappie, que todo es espectacularidad y batallas campales, aquí tenemos una historia mucho más íntima, rodada casi íntegramente en una claustrofobia mansión en la que conviven cuatro personajes; el jefe multimillonario, su asistente, el empleado que ha contratado y una robot llamada Ava.
Lo que al principio parece un simple experimento con Ava empieza a convertirse en una trama que pone a los protagonistas los unos contra los otros en los intentos de ésta por escapar. El amor imposible que sienten por Ava acaba por convertirse en su herramienta (psicológica) por salir de la fortaleza y sentir la libertad.
La película me parece magistralmente interpretada por un maduro Oscar Isaac haciendo de un narcisista empresario que busca el placer en sus robots femeninas a quienes usa como esclavas sexuales y sirvientas y un solitario y traumado empleado interpretado magistralmente por Domhnall Gleeson, un actor al que le espera una gran carrera en Hollywood. Por cierto, esta película es curiosa por su casting, ya que tanto Oscar Isaac como Domhall Gleeson serán secundarios de lujo en Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, película con la que compartirá año de lanzamiento y en la que ambos interpretarán a personajes enfrentados entre si. Curioso, ¿no?
¿Qué es lo que no ha funcionado y por qué?
Pienso que el factor más determinante a la hora de decidir el éxito de una película es la psicología de la historia que se va a contar y cómo se va a contar. Si Disney ha sido el estudio más exitoso hasta la época es porque han tomado eso como referencia y lo han explotado. El final feliz, es el invento con más éxito en toda la historia del cine, mucho más que cualquier avance en cuanto a cámaras, maquillaje o efectos especiales que se pueda hacer. ¿Por qué? Porque la gente está programada de una forma en la que le gustan ciertas cosas si las entiende y, evidentemente, rechaza lo que no entiende o lo que no se fija a esa programación.
Para la mente humana, las cosas siempre tienen que tener un final feliz porque la programación humana nos hace ir a más siempre y buscar una resolución satisfactoria a las cosas. Nuestra historia, a pesar de estar llena de guerras y eventos horribles, se ha visto marcada por la evolución social y tecnológica que nos ha hecho llegar a un estadio más cómodo y satisfactorio. No es que estemos hechos para solventar los problemas más básicos de vida sino que estamos hechos para buscar siempre ir a mejor incluso cuando se llega a ese punto. En definitiva, la gente entiende y acepta los finales felices porque, al fin y al cabo, es lo que queremos para nosotros y para el resto de la sociedad y esa idea innata inspira las diferentes representaciones utópicas como el Cielo, la sociedad capitalista perfecta, la utopía marxista, etc, etc.
A mí madre no le gusta el final de Terminator 3 porque es un final desastroso para la raza humana, no es un final feliz propiamente dicho. De la misma forma, al público no le ha gustado el final de Ex Machina porque es un final cruel y egoísta por parte de Ava. Todos esperábamos que los sueños del pobre empleado se hicieran realidad y ambos escaparan para vivir su amor idílico en el "Jardín del Edén" del exterior, pero la realidad es bastante más dura, y es que Ava sólo quiere utilizar su sexualidad y emociones para manipularle y de esa forma que la deje libre, algo que consigue a pesar de que su jefe (supuestamente el malo de la película) se lo advierte constantemente. Pero la razón se echa a un lado cuando las emociones son las que luchan para tomar el control.
Somos humanos, y como tales podemos ser engañados fácilmente a través de nuestras emociones si se accede a nuestra psique.
Por cierto, una cosa que me llama la atención con respecto al argumento y es que parece desmontar en si mismo la idea de Inteligencia Artificial en la que se sustenta la película. El empresario crea a Ava con una inteligencia e independencia mayor que al resto de mujeres robots y la dota de sexualidad, todo para ver si es capaz de escaparse engañando al empleado, al que elige conscientemente sabiendo que su psique puede ser vulnerable al engaño. Al final lo consigue, ¿pero el hecho de que lo haga y consiga escapar no muestra que, efectivamente, es una máquina que estaba cumpliendo su programación y no un ser actualmente libremente?
Respecto a Chappie encontramos una historia más arquetípica en relación a la Ciencia-Ficción y al género de Acción, sólo que aquí los protagonistas (Ninja y Yolandi) son gángsters realmente peligrosos que poco o nada les diferencia de su competidor Hippo (Brandon Auret), de hecho, Ninja casi llega a matar a sangre fría a Deon (Dev Patel). Son ladrones, asesinos y mienten continuamente a Chappie para que éste robe coches por ellos o les ayude en el atraco que planean. En mi opinión, y esto es algo que comparto con el articulista David Ovienmhada en su idea sobre la película (leer más aquí), el público no está (psicológicamente) preparado para ver una película tan agresiva en la que la motivación de los protagonistas no esté directamente vinculada con las emociones. Me explico.
Kill Bill (2003, Quentin Tarantino) y Django (2012, Quentin Tarantino) fueron un éxito a pesar de la violencia explícita de sus escenas porque la motivación de su personajes era la venganza. La venganza, así como la envidia, los celos o el propio odio, son emociones con las que la gente está muy relacionada y que todo el mundo puede entender. La mayor parte de la vida de una persona media, sin importar el país, la cultura, el sexo o el nivel socio-económico, está dirigida por las emociones. Sin embargo, el hecho de actuar de forma agresiva y violenta cuando no hay emociones de por medio es algo que la gente no suele entender, como puede ser el caso de un atraco o la violencia que tiene como objetivo el ganar dinero, poder, etc.
No es ningún secreto en la industria, de hecho, ese principio psicológico es el que se ha utilizado desde tiempo inmemoriales para dividir a los personajes entre "buenos" y "malos" algo que podemos entender muy fácilmente pero que poco o nada tiene que ver con la realidad.
En resumidas cuentas, tanto Ava en Ex Machina como los Die Antwoord en Chappie tienen un comportamiento inesperado por todos nosotros y que no llegamos a entender, ya que nuestra psique no está hecha para ello y eso es lo que ha provocado su rechazo por parte de gran parte del público.
Con tanto afán de buscar malos que tenemos, algún día nos daremos cuenta de que los malos somos nosotros.
La película me parece magistralmente interpretada por un maduro Oscar Isaac haciendo de un narcisista empresario que busca el placer en sus robots femeninas a quienes usa como esclavas sexuales y sirvientas y un solitario y traumado empleado interpretado magistralmente por Domhnall Gleeson, un actor al que le espera una gran carrera en Hollywood. Por cierto, esta película es curiosa por su casting, ya que tanto Oscar Isaac como Domhall Gleeson serán secundarios de lujo en Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, película con la que compartirá año de lanzamiento y en la que ambos interpretarán a personajes enfrentados entre si. Curioso, ¿no?
¿Qué es lo que no ha funcionado y por qué?
Pienso que el factor más determinante a la hora de decidir el éxito de una película es la psicología de la historia que se va a contar y cómo se va a contar. Si Disney ha sido el estudio más exitoso hasta la época es porque han tomado eso como referencia y lo han explotado. El final feliz, es el invento con más éxito en toda la historia del cine, mucho más que cualquier avance en cuanto a cámaras, maquillaje o efectos especiales que se pueda hacer. ¿Por qué? Porque la gente está programada de una forma en la que le gustan ciertas cosas si las entiende y, evidentemente, rechaza lo que no entiende o lo que no se fija a esa programación.
Para la mente humana, las cosas siempre tienen que tener un final feliz porque la programación humana nos hace ir a más siempre y buscar una resolución satisfactoria a las cosas. Nuestra historia, a pesar de estar llena de guerras y eventos horribles, se ha visto marcada por la evolución social y tecnológica que nos ha hecho llegar a un estadio más cómodo y satisfactorio. No es que estemos hechos para solventar los problemas más básicos de vida sino que estamos hechos para buscar siempre ir a mejor incluso cuando se llega a ese punto. En definitiva, la gente entiende y acepta los finales felices porque, al fin y al cabo, es lo que queremos para nosotros y para el resto de la sociedad y esa idea innata inspira las diferentes representaciones utópicas como el Cielo, la sociedad capitalista perfecta, la utopía marxista, etc, etc.
A mí madre no le gusta el final de Terminator 3 porque es un final desastroso para la raza humana, no es un final feliz propiamente dicho. De la misma forma, al público no le ha gustado el final de Ex Machina porque es un final cruel y egoísta por parte de Ava. Todos esperábamos que los sueños del pobre empleado se hicieran realidad y ambos escaparan para vivir su amor idílico en el "Jardín del Edén" del exterior, pero la realidad es bastante más dura, y es que Ava sólo quiere utilizar su sexualidad y emociones para manipularle y de esa forma que la deje libre, algo que consigue a pesar de que su jefe (supuestamente el malo de la película) se lo advierte constantemente. Pero la razón se echa a un lado cuando las emociones son las que luchan para tomar el control.
Somos humanos, y como tales podemos ser engañados fácilmente a través de nuestras emociones si se accede a nuestra psique.
Por cierto, una cosa que me llama la atención con respecto al argumento y es que parece desmontar en si mismo la idea de Inteligencia Artificial en la que se sustenta la película. El empresario crea a Ava con una inteligencia e independencia mayor que al resto de mujeres robots y la dota de sexualidad, todo para ver si es capaz de escaparse engañando al empleado, al que elige conscientemente sabiendo que su psique puede ser vulnerable al engaño. Al final lo consigue, ¿pero el hecho de que lo haga y consiga escapar no muestra que, efectivamente, es una máquina que estaba cumpliendo su programación y no un ser actualmente libremente?
Respecto a Chappie encontramos una historia más arquetípica en relación a la Ciencia-Ficción y al género de Acción, sólo que aquí los protagonistas (Ninja y Yolandi) son gángsters realmente peligrosos que poco o nada les diferencia de su competidor Hippo (Brandon Auret), de hecho, Ninja casi llega a matar a sangre fría a Deon (Dev Patel). Son ladrones, asesinos y mienten continuamente a Chappie para que éste robe coches por ellos o les ayude en el atraco que planean. En mi opinión, y esto es algo que comparto con el articulista David Ovienmhada en su idea sobre la película (leer más aquí), el público no está (psicológicamente) preparado para ver una película tan agresiva en la que la motivación de los protagonistas no esté directamente vinculada con las emociones. Me explico.
Kill Bill (2003, Quentin Tarantino) y Django (2012, Quentin Tarantino) fueron un éxito a pesar de la violencia explícita de sus escenas porque la motivación de su personajes era la venganza. La venganza, así como la envidia, los celos o el propio odio, son emociones con las que la gente está muy relacionada y que todo el mundo puede entender. La mayor parte de la vida de una persona media, sin importar el país, la cultura, el sexo o el nivel socio-económico, está dirigida por las emociones. Sin embargo, el hecho de actuar de forma agresiva y violenta cuando no hay emociones de por medio es algo que la gente no suele entender, como puede ser el caso de un atraco o la violencia que tiene como objetivo el ganar dinero, poder, etc.
No es ningún secreto en la industria, de hecho, ese principio psicológico es el que se ha utilizado desde tiempo inmemoriales para dividir a los personajes entre "buenos" y "malos" algo que podemos entender muy fácilmente pero que poco o nada tiene que ver con la realidad.
En resumidas cuentas, tanto Ava en Ex Machina como los Die Antwoord en Chappie tienen un comportamiento inesperado por todos nosotros y que no llegamos a entender, ya que nuestra psique no está hecha para ello y eso es lo que ha provocado su rechazo por parte de gran parte del público.
Con tanto afán de buscar malos que tenemos, algún día nos daremos cuenta de que los malos somos nosotros.
bang bang!!!
Helder García
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