No hay absolutamente ninguna duda de
que Pokemon Go está capitalizando el verano de 2016. Ya tiene en EEUU más
usuarios activos que Tinder e incluso Twitter y la estimación de usuarios en su
primera semana en Europa es incomparable con cualquier otra app de la historia
(adiós, Facebook).
Luego, una niña descubre un cadáver
mientras buscaba criaturas, un airbnb se convierte en un gimnasio Pokemon y
agota sus reservas para todo el año y un tipo en lugar de encontrar un ejemplar
de Charmander encontraba a su novia con otro haciendo el Bulbasaur.
¿Y todo esto tiene algún sentido? ¿Hay
algún devenir debajo de todo esto que se nos escape y que dote de significado a
esta espiral de nihilismo kawaii?
Pues podría haberlo y no es el que espera,
ya que según se indaga en la app del momento uno llega a descubrir aspectos muy
alarmantes que nos despiertan al paranoico con sombrero de papel albal que
duerme en nuestro interior entre papeles de periódico. Porque sí, puede que la
CIA esté detrás de Pokemon Go con su diabólico (y efectivo) plan definitivo
para controlarnos a todos.
Piénsalo bien:
1. Acceso a nuestros datos personales y
nuestra geolocalización en cada momento.
2. Nuestros hábitos.
3. Nuestras relaciones personales.
Hasta aquí nada que no hayamos firmado y
vivido antes.
La cosa se complica si uno mete de por
medio a In-Q-Tell, una firma asociada a la CIA y que ya está presente en, por
ejemplo, Google Earth (¿cómo se te queda el cuerpo?).
Si uno combina los datos proporcionados por
Google Earth y las geolocalizaciones de GPS (controladas por la aplicación,
además) de Pokemon Go, ¿qué nos sale? Pues una base de datos que te conoce
mejor que tú mismo.
¿Está entonces la CIA detrás de Pokemon Go?
Pues, en nuestra opinión, ni lo hace, ni deja de estarlo, ya que con vestirse
de mayordomo le basta en esta historia de suspense y paranoia.
¿Es eso un Snorlax o son los Illuminati que
ya nos tienen cogidos por los huevecillos?
fuente: orgullodeser
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